En Nueva York la demanda por mascotas durante el confinamiento ha sido mayor que el número de animales en los centros de rescate. En Río de Janeiro se implementó un servicio de entrega a domicilio para personas que están solas en sus casas.

Cuando la pandemia del coronavirus forzó el cierre de Nueva York hace casi tres meses, Jocelyn Tsai se apresuró a completar una solicitud en línea para adoptar a un perro de los Animal Care Centers de la ciudad.

Pero a fines de marzo al refugio sólo le quedaban unos pocos canes, debido a que los neoyorquinos ya habían desbordado sus instalaciones buscando mascotas para adoptar.

Uno de los perros que aún estaba disponible para adopción en un refugio de Harlem era un macho mestizo pelirrojo de nombre Archer.

«Terminé enamorándome de él», dijo Tsai durante una caminata con Archer en Central Park. «Y lo adopté dos semanas después».

Archer se convirtió en el compañero constante de Tsai, quien buscaba evitar la soledad y aislamiento causados por las restricciones de distanciamiento social impuestas para desacelerar la propagación del coronavirus.

Después de que los Animal Care Centers de Nueva York lanzaron una campaña en redes sociales cerca del inicio de la pandemia para formar la adopción de mascotas entre los neoyorquinos, Julia Lubbock, supervisora del refugio, dijo que la respuesta fue «increíble».

«Recibimos 3.000 en el primer día y eso subió a 5.000, 6.000 muy, muy rápido», dijo Lubbock. «Nunca habíamos estado en la posición de tener más padres adoptivos que animales».

Desde el 13 de marzo, los Animal Care Centers de Nueva York dijeron que han ubicado a unos 800 animales bajo cuidado temporal y que más de 600 de ellos han sido adoptados.

Animales de compañía para brasileños aislados

Sansa, una perra de tres años negra con una mancha blanca en su vientre, pasó casi un año en un refugio de animales de Río de Janeiro antes de que la pandemia de coronavirus restringiera las visitas, reduciendo sus posibilidades de ser adoptada.

Pero tuvo un golpe de suerte. El nuevo servicio de «entrega de mascotas» del refugio le encontró a Sansa un hogar, donde le hará compañía a Fatima Cordeiro Marques, una enfermera jubilada de 73 años que está confinada sola en su casa.

«Estamos atravesando un momento muy difícil (…) Es duro para todos, ¿verdad?», dijo Márques, al abrazar a Sansa cuando llegó en la camioneta blanca del refugio. «Estoy segura de que ella me dará mucho amor y también lo haré yo porque es un tipo de amor sincero que no exige nada a cambio», agregó.

Para los residentes de Río que buscan un amigo peludo con quien pasar sus largos días de confinamiento, pero que no pueden visitar el refugio, la ciudad ahora proveerá un servicio de entrega. Desde principios de abril, ya entregó más de 60 mascotas.

El subsecretario de bienestar animal de Río, Roberto de Paula, dijo que la demanda había sido fuerte, con más de 1.000 personas mostrando interés en adoptar animales abandonados.

«Considerando las normas de aislamiento social, tuvimos que restringir el acceso de las personas al refugio para evitar el contagio, así que se nos ocurrió esta idea de llevar el animal a cada persona y realizar todas las entrevistas a través de las redes sociales», contó.

Luego de los chequeos online, los trabajadores identifican y sugieren las mascotas que mejor se ajustan para cada persona, antes de esterilizarlas, vacunarlas y entregarlas en la puerta.

Así es como Luaira Paraízo Rodrigues Lourenço, de 28 años, adoptó a un segundo gato, Joao, para ayudarla a lidiar con la creciente angustia del brote acelerado de coronavirus en Brasil.

«Trabajo en reclutamiento de atención médica y veo cosas que me dejan conmocionada», dijo Lourenço. «Cuando estoy triste, agitada o confundida con algo, los gatos vienen y me traen amor para recomponerme. Es increíble», agregó.