Entre los propietarios de animales de compañía que se preocupan por mantener su estado de salud y prolongar sus años de vida, es frecuente escucharlos preguntar ¿cuál marca de alimento es mejor para mi mascota?; quienes tienen un veterinario de confianza, se lo preguntarán, pero no es lo más común; habrá quienes busquen información en el internet, con el riesgo de que no siempre encontrarán información verdadera y por ende confiable; otras personas se guiaran por el precio ya que hay quienes piensan que lo más caro es lo mejor, o bien, buscan algo económico para ajustarse a su presupuesto; también hay quienes se guían por la presentación comercial del producto, es decir, qué tan atractivo les parece el envase y, si por casualidad, la foto de la mascota del pro- ducto envasado coincide con la raza de su propia mascota, muy probablemente esa marca será su elección.

Otra consideración y que parece ser muy común para la compra de estos alimentos, es la apreciación personal de quien los adquiere en relación con su forma, su color y/o su aroma. En realidad, y haciendo a un lado las estrategias de mercadotecnia que tienen las empresas para vender sus productos, los profesionales en el campo de la producción de alimentos para mascotas, sabemos que la relación calidad/precio debe estar relacionada con su formulación, la calidad de sus materias primas, el balance y propiedades de los ingredientes y el proceso de elaboración, es decir, tener buenas prácticas de manufactura y mantener el aseguramiento de la calidad de todos os lotes que son elaborados.

En cuanto a la formulación, la calidad del producto estará en función de sus ingredientes integrados en las cantidades y proporciones adecuadas para que el alimento, así formulado, contenga todos los requerimientos nutricionales de un determinado “perfil nutricional” científicamente estudiado y probado de acuerdo con la raza y tipo del animal, su actividad y su etapa de vida: cachorro, adulto, sénior (edad avanzada). Además de la selección de ingredientes que aportan energía, estas formulaciones contienen complementos vitamínicos y minerales y otros ingredientes especiales como enzimas, prebióticos, probióticos, etc., los cuales ayudan a un mejor aprovechamiento de los nutrientes.

Cuando un alimento cubre en la ración diaria del animal sus requerimientos nutricionales y, además, los componentes de su formulación están contenidos en una correcta proporción, se le considera un alimento “completo y balanceado”. En diversos países y con el propósito de destacar la calidad de los productos comerciales, se elaboran estándares de calidad; en México se elaboró la Norma Mexicana NMX-Y-358-SCFI-2017 Alimento para animales. Alimento balanceado para perros y gatos- Especificaciones nutricionales, cuyo objetivo es establecer las especificaciones y niveles nutrimentales mínimos que un alimento completo y balanceado para perro y un alimento completo y balanceado para gato, deben cumplir durante sus diferentes etapas de vida, así como los elementos mínimos necesarios que el productor debe considerar para asegurar el diseño de la fórmula y su manufactura.

Las empresas que se ocupan en elaborar fórmulas completas y balanceadas tienen especial cuidado en controlar la calidad de las materias primas que utilizarán en la formulación, realizando controles de calidad desde su llegada, durante el proceso y verificando las especificaciones de calidad del producto terminado; estas especificaciones corresponden tanto a la inocuidad en el consumo del alimento como al cumplimiento de su garantía de composición.

En contraste, las plantas de manufactura que ofrecen alimentos para mascotas de bajo costo (generalmente de venta a granel), no ofrecen formulaciones completas y balanceadas y provocan incertidumbre en relación con el control y la garantía de la calidad de sus productos.

Hoy en día, tener en casa uno o más animales de compañía es algo muy común y, cuando tengamos la oportunidad, ayudemos a sus propietarios a hacer una buena elección del alimento que les van a comprar; que se los den en la ración adecuada (suficiente: sin falta, ni exceso) y orientarlos en cómo lo deben conservar para que no se les humedezca o contamine.