Un equipo de investigadores veterinarios ha revisado la literatura científica sobre las dietas de comida cruda, y ha concluido que no hay datos que respalden que sean más sanas que las convencionales

Francisco Ramón López – 10-06-2019 – 12:41 H

La revista ‘Journal of Small Animal Practice’, que edita la Asociación Británica de Veterinarios de Pequeños Animales(BSAVA), ha publicado este mes una revisión de literatura científica sobre la comida cruda en la que un grupo de investigadores de la Universidad de Edimburgo ha concluido que, hasta el momento, no existen datos científicos que respalden que alimentar a los animales de compañía con comida cruda es más sano.

La investigación busca sopesar los pros y contras de la, cada vez más común, tendencia de alimentar con dietas crudas a perros y gatos, algo que, aseguran, “continúa generando un debate entre la profesión veterinaria, los dueños de mascotas y los proveedores comerciales”.

Para los investigadores, las principales razones que llevan a los consumidores a decantarse por este tipo de dietas son los supuestos beneficios para la salud que tiene la carne que no ha sufrido ningún tratamiento térmico, así como la desconfianza hacia los piensos industriales, ya que muchos de ellos tienen exceso de hidratos de carbono y poca proteína de calidad.

«Es cierto que hay estudios científicos que apuntan a que la comida cruda favorece a una subjetiva mejora de la calidad de las heces», explica Andrew Wales, uno de los investigadores, quien añade que, sin embargo, “no hay pruebas sólidas”ni se han descrito los mecanismos que favorecerían esa supuesta mejora general de la salud.

Algunos de estos supuestos beneficios de la comida cruda son la reducción general de enfermedades, incluyendo las inflamatorias, las infecciosas, las neoplásicas, las endocrinas o incluso del comportamiento.

Otro de los argumentos esgrimidos por los dueños partidarios de este tipo de dietas es que la carne cruda es la dieta de los parientes salvajes de nuestras mascotas, que son carnívoros. Sin embargo, el equipo de investigación sostiene que “la biología y el estilo de vida imponen limitaciones en tales comparaciones”.

Asimismo, Wales apunta que, además, las dietas crudas conllevan unos riesgos como la infección por bacterias y malnutrición. “Existen riesgos documentados científicamente asociados con la alimentación cruda, principalmente la desnutrición, debido a una formulación inexperta, y las infecciones, que afectan tanto a animales de compañía como a dueños”, advierte.

En la misma línea, el investigador sostiene que en su revisión han encontrado “constantemente” estudios científicos que describían prevalencia de bacterias, especialmente salmonela, en dietas crudas. Además, apunta otro riesgo documentado en la literatura científica menos conocido: la generación de bacterias resistentes a los antibióticos.

Así, sabiendo que, por un lado, no está documentado científicamente que este tipo de dieta mejore la salud de las mascotas y, por otro, los riesgos de infección, malnutrición y generación de bacterias resistentes, los investigadores piden a los veterinarios y a los organismos públicos que informen a la población para que los propietarios tengan esta información en cuenta. 

Los investigadores insisten especialmente en concienciar sobre el manejo adecuado de la comida cruda, pues consideran que es el punto que podría tener más impacto positivo a corto plazo.